El 11J marca en la Historia de Cuba UN ANTES y UN DESPUÉS! Ese día se produjo un suceso sin precedentes: la más grande y masiva protesta de pueblo en las calles de la isla,desde la subida al poder del castrismo en 1959.

La palabra LIBERTAD era coreada por la gente, al unísono. Sesenta años de frustración y rabia se desprendía de frases no estudiadas ni preparadas previamente. El discurso oficialista,el mito revolucionario quedaba hecho pedazos. El pueblo salió a las calles exigiendo LIBERTAD, en expresión abrupta y clara del hartazgo ante seis décadas de miseria. Gritos de horror y rabia, de fiasco y sueños malogrados se mezclaban con el sonido de los golpes que la policía propinaba a la gente arbitrariamente, pero la gente hacía caso omiso, llegaban más y más, de todos lados, seguían congregándose, la multitud crecía y con ella esa violencia absurda e inevitable de las revueltas sociales. Pero el pueblo hacía cadenas y forcejeaba con la policía con el fin de arrebatarles a aquellos que tenían detenidos. Otros construían barricadas para que las patrullas no pudieran marcharse con los prisioneros. Aun así, los grupos fueron separados, los hijos de los padres, la confusión era desoladora y algunos lloraban desconsolados ante la pérdida de algún pariente, amigo, padre, madre, hermano… quién sabe!La policía golpeaba sin reparar en que los manifestantes estaban completamente desarmados y tenían cientos, miles de razones para protestar. Lo raro era que algo así no ocurriese en la isla todos los días. El saldo hasta hoy ha sido de sufrimiento. El sufrimiento en Cuba, el agobio, la agonía, no adelgazan. Es menester cambiar las cosas. Urge, de veras.

Las emociones y el sentir de la población, contenidas durante décadas de silencio, de escasez y villanía salió a la palestra. Los teléfonos móviles de los cubanos habían esparcido los sucesos por la isla, la gente se llamaba frenéticamente y el grito de LIBERTAD se apoderó del aire con toda vertiginosidad que el viejo reclamo exigía. El efecto dominó cruzó las fronteras de isla. A Berlín nos llegó avanzada la tarde… pero comenzamos a llamarnos, unos a los otros, con el mismo frenesí. En menos de una hora la Puerta de Brandenburgo nos saludó a todos, enjugó lágrimas, momentos de solidaridad, abrazos entre gente que nunca antes nos habíamos visto. Y así, en todas las capitales del mundo comenzó el coro que se ha quedado impreso con su eco: SI CUBA ESTÁ EN LA CALLE, NOSOTROS TAMBIÉN!

El detonante del 11J no fue un hecho aislado, fue la confluencia de factores diversos que caracterizaron la más dramática crisis económica y política del país en las últimas seis décadas. Cuba colapsaba, el y #SOS CUBA era todo un mensaje poderoso y viral. Las medidas y las ocurrencias que produjo la Pandemia. El Covid se convertía también  se volvieron catalizador, un lente de aumento sobre la mitológica potencia médica… en verdad una lupa gigante que descubría el virus de las carencias, la falta de medicamentos, hasta los más básicos, el sobrecargo que sufrían los médicos y el agobio por las precarias condiciones de trabajo. Las razones fueron nítidas como nunca antes: la ineficacia del sistema y sus dirigentes y la presencia de los lujos que disfrutan, que ya no podían ocultarse en las redes. Pero el clímax se alcanzaba con la implementada “Reforma económica” llamada “reordenamiento” y la reforma monetaria que, a pesar de las advertencias de expertos,devaluó el peso cubano hasta el fondo. El gobierno, indolente y en estertores, creó tiendas en moneda convertible llamadas “Tiendas MLC” con precios exorbitantes a productos de necesidad perentoria, (lo son todos en una Cuba que no hay nada) pero ello no resolvió las enormes demandas. Poco importaba al régimen, que los miserables salarios de los cubanos fueran/son pagados en pesos cubanos. El dólar señoreaba una vez más en el mercado, en el “negro” incluso se cotizaba a más de 60-80 pesos cubanos. La crisis energética fue otro factor atorrante. La inestabilidad del fluido eléctrico, con apagones diarios de hasta 15 o más horas, terminaron por desesperar a las familias cubanas que perdían los pocos alimentos conseguidos en avatares insospechados, o sufrían roturas de electrodomésticos, en esa Cuba donde repito, nunca hay nada. Los precios por un servicio tan deficitario no hicieron concesiones, subían, la extorsión no parecía tener fin. La olla explotó aquel domingo 11J. Sin que nadie hubiera podido preverlo, ni siquiera la horrenda bola de cristal de la (in)Seguridad del Estado.

Crisis es la palabra que recorre la isla. Crisis en el transporte, crisis en los mercados, ausenciade alimentos, largas horas de colas para adquirir alimentos de la canasta básica, falta de agua corriente… y a este panorama entristecido, desgajado, lleno de colores sepias, de paredes raídas, medio derrumbadas, se adicionaba la angustia, la crueldad de la Pandemia del Covid, las muertes (cifras hasta hoy no confesadas) Ello otro velo y puso al descubierto la ineficacia de la infraestructura de los Servicios Médicos. Un mito tras otro se hizo tiritas. La pompa de jabón de la “potencia médica” sufría un pinchazo El Gremio Médico lavaba sus trapos al solcon los dirigentes que acusaban a los médicos de ser culpables de las muertes, mientras escondía la falta de equipos y medicamentos elementales para enfrentar la pandemia.

Cuba tampoco cerraba sus puertas al turismo, hasta que la situación internacional los conminó a ello. El turismo feneció, a pesar de los malogrados intentos de seducir turistas e incumplir reglas internacionales. Empero, en las casas de las familias, se infectaban y caían como moscas. La pandemia enloquecía a madres con hijos y viejos afectados, sin que hubiera garantías de que una ambulancia les pusiera a salvo o que los hospitales les acogerían. Los hospitales estaban abarrotados. Esas instituciones cubanas carecen hasta de sábanas. Los enfermos o fallecidos, a veces, eran transportados en “carretillas”…. El escándalo de cadáveres arrojados a fosas era una realidad sotto voce, pero aparecían las fotos tomadas con objetivos telescópicos o zooms.

Uno solo de esos factores por separado hubiera sido, en cualquier país del mundo, razón suficiente para una o muchas revueltas populars, pero el cubano ha vivido en medio de granfatiga, cansancio, desconcierto. No sólo por la escasez (hasta de papel sanitario y aspirinas)sino porque se ha vivido bajo la égida de la peor de las miserias: la ignorancia.

La caldera social eleva y eleva su temperatura en la isla. Hoy, el descontento generalizado por las paupérrimas condiciones de vida, más la represión política y la ausencia de soluciones ni perspectivas reales de soluciones, se mantiene. El 11J del 2021 fue testigo de un gran estallido… Desde entonces no dejan de producirse sucesos que develan que el magma no está quieto, se mueve lentamente. Y nadie sabe por dónde, ni cómo ni cuándo brotará. Pero la erupción es cuestión de tiempo. La severa crisis del país abarca todas las esferas de la vida del cubano. La tecnología de teléfonos inteligentes se hace eco vertiginoso de cualquier tormenta. Las imágenes que nos llegan de Cuba son siempre elocuentes.

Las imágenes del 11J son un testimonio innegable, los gritos de LIBERTAD son altos, por más que la dictadura se esfuerce en mantener el anecdotario disfuncional y retorcido de su “mentirología” . El 11J fue orquestado por el único enemigo del pueblo cubano: la élite que detenta el poder, los execrables e hipócritas opresores del Buró Político y del Comité Central del Partido Comunista. La familia Castro- Canel- y López Calleja; el ejército de sicarios y mafiosos que hace el trabajo sucio, pero que también rellena sus bolsillos. El único enemigo del pueblo cubano es el sistema inoperante, totalitario, dirigido por esos fósiles andantes del PCC. Ellos masacran la cultura de nuestra nación. Sólo son capaces de generar ruina social… En sus arcas privadas, empero, brillan los lingotes de oro que robaron del erario público y del patrimonio privado del pueblo mediante la estafa y la extorsión.

Las protestas del 11J y las que otras aisladas que subsiguieron, fueron aplacadas con persecución, detenciones, represalias, persecuciones, encarcelamientos arbitrarios, presencia policial en las calles, con todo tipo de amenaza y formas variadas de acoso y violencia! Luego los juicios y las condenas son un capítulo aparte. Es la indignidad, la injusticia en su máxima expresión. Más de mil presos políticos sufren aún las condiciones infrahumanas y maltratos de las ergástulas del castrismo.

Los manifestantes han sido castigados despóticamente por el régimen y los órganos coercitivos cubanos encabezados por la Seguridad del Estado. Las condenas arbitrarias se elevan  hasta 25-30 años. Incluso menores de edad permanecen recluidos. Juicios amañados, celebrados en secreto, exponen causas construidas. Nadie tiene garantías, no hay presencia de observadores, no hay nada que ofrezca legalidad o real defensa en los procesos. Todo el aparato responde a la jauría del PCC, que ordena al aparato jurídico cómo bailar con los toques del amo.

La escasez ha crecido, las horas haciendo cola ante los supermercado para comprar productos tan elementales como el pan, la leche, el aceite, la carne (la gran anhelada ausente de las mesas cubanas desde hace décadas en Cuba) el detergente, los zapatos, la ropa, el papel sanitario, los enseres de aseo, se considera ahora una espera relativamente corta. En Cuba no hay NADA. La represión y la vigilancia se han extremado, el chantaje ante cualquier acto de protesta, la persecución y acoso a la Sociedad Civil es una práctica descontrolada y diaria. En Cuba no hay ley a la que los “libre- pensadores” puedan acudir. Los movimientos artísticos y de barriadas “marginales” como San Isidro, el movimiento N27 han sido sofocados y sus organizadores condenados a la cárcel o enviados al exilio.

Nosotros, desde aquí, damos visibilidad a la real Cuba, no a la del cliché que invita a Turistas para que se oxigene financieramente la dictadura. El Paraíso turístico y de ensueño es una cárcel donde se derrumban viviendas a diario, donde el peligro acecha sobre las cabezas de la gente, incluyendo niños, que han muerto en tales sucesos. En los hoteles de turistas se ofrece todo a costa de la precariedad de la vida de toda una nación. El Paraíso para el turista ES el infierno para el cubano.

Los procesos históricos son complejos y están llenos de vericuetos… pero en ellos APRENDEMOS! CRECEMOS! Somos el ECO de voces cercenadas, silenciadas, desaparecidas. Somos la realidad viviente, el argumento que transita calles del mundo… los exiliados que se adaptan a una nueva vida. Somos esos híbridos que vivimos con Cuba en una maleta, en una canción, en el pensamiento, en el grito de cada acción. Somos esos irreverentes pobladores caribeños en de un hermoso país que llora sus cuitas, pero de ellas emerge el grito por el derecho más elemental: VIVIR en LIBERTAD. Libertad para Cuba! Libertad para todos los presos políticos. Libertad para las madres cubanas, desesperadas porque no tienen con qué alimentar a sus hijos…

LIBERTAD! LIBERTAD! LIBERTAD!